martes, 8 de julio de 2014

El dinero y la liquiez de los activos



El dinero y la liquidez de los activos
Como se ha visto en la definición del Dinero, este puede ser cualquier bien (activo), contrato, certificado o cualquier cosa que tenga valor para las partes que intervienen en una transacción. De hecho, cualquiera puede crear su propio dinero, y se hace en la actualidad, por ejemplo, en los comercios minoristas con la emisión de los vales de compra, pero este tipo de dinero tiene un inconveniente, que sólo es aceptado por la misma tienda que los emitió, por lo que su liquidez es muy limitada.
En la actualidad el único tipo de dinero propiamente dicho que se considera legalmente como tal, es el emitido por los bancos centrales (billetes y monedas), también denominado dinero legal, y siempre ha de ser aceptado como forma de pago. Se considera que el dinero legal es el activo más líquido al cual se pueden convertir el resto de activos (bienes, servicios, deudas u obligaciones) y viceversa.
En sentido amplio, hay que entender por dinero mucho más que el mero dinero legal. Hay diferentes tipos de activos financieros que constituyen el dinero en sentido amplio; se pueden clasificar según su grado de liquidez. El dinero en sentido estricto sería solo el plenamente líquido. Para empezar a hablar, las cantidades en cuentas bancarias corrientes o depósitos a la vista también han de considerarse como dinero convertible en dinero legal en una relación de 1:1, de forma inmediata; estos depositantes dispondrán de su dinero a través de su chequera de cuenta corriente, pero el banco depositario, en el ejercio de su actividad comercial, se lo entregará a un tercero que podrá disponer de él con otra chequera, la de una cuenta de crédito. De este modo, las entidades de depósito y, en general, todas las entidades de crédito, multiplican el dinero legal (cfr. creación de dinero bancario, cuasidinero).
Cuando hacemos un depósito en efectivo en una cuenta corriente o a la vista, el Activo (Tesorería) del banco se incrementa pero, también, aparece una anotación contable en el Pasivo para representar la deuda de esa cantidad de dinero con el depositante. Desde el punto de vista del patrimonio de éste, lo que ha sucedido no es nada más que un cambio de un activo plenamente líquido (dinero legal) por un derecho de crédito de máxima liquidez contra el banco despositario, ya que existe el compromiso por parte del banco de convertirlo en dinero legal a instancia del depositante. Con el dinero legal depositado por los clientes de pasivo, el banco hace su negocio (cfr. depósito irregular), prestando una parte a sus clientes de activo o invirtiéndolo, pero debe mantener reservada una parte "en Caja" (Encaje) para poder hacer frente a los eventuales reintegros.
Lo dicho en relación con las cuentas corrientes y depósitos a la vista puede aplicarse, con las correspondientes variaciones, a los depósitos de ahorro, a plazo fijo y demás activos financieros emitidos por el sistema financiero. La clasificación completa de los activos financieros, de mayor a menor liquidez, agrupados en los llamados agregados monetarios, no es más que la forma ordenada de referirse la Oferta Monetaria.
Hay que añadir que, al igual que los bancos, las empresas también pueden emitir títulos negociables de deuda que pueden ser considerado un tipo especial de cuasidinero. Este tipo de emisiones se denominan de diversas formas, por ejemplo, papel comercial (letras de cambio endosables), pero no forman parte de ninguno de los agregados monetarios, reservados al Sistema Financiero. Parte de la doctrina denomina "dinero financiero" a este conjunto de activos financieros no bancarios. Desde el punto de vista material, no cabe duda de su naturaleza dineraria; piénsese, por ejemplo, en mecanismos tales como la pignoración de títulos-valores o en que, con las acciones cotizadas de una empresa, pueden adquirise directamente participaciones en otras empresas, como se ve muchas veces.
Creación de dinero
En los sistemas económicos actuales, el dinero es creado por dos procedimientos:
  • Dinero legal, es el creado por el Banco Central mediante la acuñación de monedas e impresión de billetes, es el dinero en efectivo. La cantidad de dinero legal es medida por el M1.
  • Dinero bancario,[6] es el creado por los bancos privados mediante la anotación en cuenta de los créditos como depósitos de los clientes prestatarios, con un respaldo parcial indicado por el coeficiente de caja. En la UE este coeficiente es inferior al 2%[cita requerida], lo que supone que un banco sólo precisa dejar en deposito 200 euros de cada 10.000 euros depositados por los clientes para dar créditos por valor de 10.000 euros a otros clientes, la medida de esta multiplicación del dinero bancario es medida por el multiplicador monetario. Normalmente en la actualidad el dinero bancario se crea como dinero electrónico. La cantidad de dinero bancario es medida por los agregados monetarios distintos del M1.
La cantidad de dinero creada es medida mediante los agregados monetarios. La forma actual de creación y control de la cantidad de dinero es inspirada en el monetarismo.[7]
Respaldo del dinero
Se considera que el valor del dinero debería estar respaldado en metales preciosos (oro, plata, etc.) o en divisas extranjeras; sin embargo, ninguno de estos métodos es seguro, considerando que su valor está sujeto a la oferta y la demanda, y no se puede garantizar que de repente no se descubran grandes reservas minerales del metal o se genere una aplicación que aumente su demanda. Lo mismo sucede con las divisas. Puesto que el dinero no está actualmente respaldado por ningún activo tangible es denominado Dinero fiduciario. La doctrina ha cuestionado ambas relaciones, tanto del respaldo oro como la ley de la oferta y demanda, en el valor del dinero.
De hecho, el dinero es resultado de un pacto social, donde todos aceptan entregar sus bienes o servicios a otros, a cambio de los símbolos monetarios (billetes, monedas, etc.); por lo tanto, el respaldo del dinero es la suma de los bienes y servicios de la Población; o sea, el Producto Interno Bruto o PIB.
El Gobierno debe impedir que el avance del agregado monetario esté descorrelacionado con el del PIB, para sostener su valor. Sin embargo, el gobierno puede optar por imprimir más billetes que derivaría en inflación y la devaluación de su moneda, como una manera de financiarse, de manera reciproca.

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